Incluso quienes vivimos en el paraíso, estamos expuestos a estresarnos y necesitamos escapar de la rutina de vez en cuando. Esta vez encontramos un lugar perfecto para alejarnos de todo… ¡muy cerca de Playa del Carmen! ¿Por qué Escapar?
Todos necesitamos escapar de vez en cuando. No es ningún secreto que quienes viven en las grandes ciudades, están expuestos a un sinnúmero de estímulos 24 horas al día, toda la semana. El ritmo de vida acelerado al que te acostumbras cuando vives en la ciudad puede ser dañino para el cuerpo y tu estado mental; lo peor es que posiblemente no te des cuenta hasta que el malestar, las enfermedades crónicas y el mal humor provocados por el estrés, salen a flote. Por eso es importante que pongas atención a esas pequeñas señales que te indican que algo no está bien contigo y encontrar la forma de desconectarte y escapar aunque sea brevemente de lo que te estresa, no importa si es el trabajo, tu ciudad o incluso las personas con las que convives a diario, (incluso tu familia).
¿Por qué alguien que vive en Playa del Carmen está hablando de escapar del estrés? En mi caso, soy afortunado de no pasar horas en el tráfico para ir a la oficina. Tampoco tengo un trabajo estresante y realmente mi vida familiar es feliz y tranquila. Sin embargo, hasta lo que menos imaginamos nos puede estresar: cambios en el trabajo, deudas acumuladas… incluso el clima que en este hermoso rincón caribeño dista mucho de ser perfecto y aunque estos no parezcan “problemas serios”, a veces nosotros también tenemos la necesidad de escapar. Sobretodo viviendo en uno de los principales destinos turísticos de México que cada vez cobra más relevancia a nivel mundial, lo que significa que año con año recibe más turistas y últimamente parece que siempre son vacaciones… afectando nuestro estilo de vida como residentes. No me lo tomen a mal, me encanta recibir visitas y que venga gente de todo el mundo a disfrutar de nuestro paraíso, pero también se extraña la tranquilidad y es necesario adaptarse. En mi caso, dejo de hacer cosas que me gustan como visitar mis playas favoritas o pasear por la 5a. Avenida y pues… ¡a nadie le gusta dejar de hacer lo que le gusta, ¿verdad?
Afortunadamente, en la Riviera Maya contamos con varias opciones para escapar de todo y sentir que volvemos al pasado, cuando no dependíamos tanto de la tecnología y al vacacionar no buscábamos el lujo y la comodidad sino el descanso, disfrutar de paisajes, de comida deliciosa y sencilla, de conectarnos con lo natural, lo auténtico. Entre Cancún y Playa del Carmen hay un pequeño municipio llamado Puerto Morelos, que a pesar de que se está volviendo popular, mantiene una esencia tranquila y relajada pues (afortunadamente) no cuenta con la infraestructura necesaria para convertirse en un destino turístico mundial de gran escala como Cancún. Visitar Puerto Morelos es un escape incluso para los que vivimos en Playa, ¡Imagínate lo que será para ti si vienes de alguna ciudad! En Puerto Morelos encontrarás playas de suave arena blanca que enmarcan un mar caribeño sin olas. Sus calles son poco transitadas, no existe lo que se conoce como vida nocturna, ni tampoco una zona turística oficial. Su cercanía con la Barrera Arrecifal Mesoamericana lo convierte en un destino ideal para el buceo y la práctica de esnórquel. Puerto Morelos es ideal para escapar. Así lo descubrimos hace unas semanas; Justo cuando el verano estaba en su punto máximo y Playa se llenaba de turistas, María y yo decidimos escaparnos a Puerto Morelos.
Aunque llegamos de noche no era tan tarde y nos sorprendió la tranquilidad de las calles a pesar de ser sábado. Incluso estuvimos a punto de quedamos sin cenar, pues los restaurantes cierran temprano. Por suerte, dimos con un pequeño lugar de cocina italiana donde nos prepararon una deliciosa cena (muy rápido, porque ya iban a cerrar) y después nos dirigimos a uno de esos pequeños pedazos de paraíso que difícilmente se encuentran en la actualidad y sobretodo con el acelerado crecimiento de la Riviera Maya.
Enclavado sobre la playa como haciendo frente al (en ocasiones) devastador progreso se encuentra Acamaya Reef Cabanas, un pequeño eco-hotel cuya categoría es confusa pues está lejos de ser un hotel de lujo si para ti lo importante son las instalaciones y amenidade. Sin embargo, su ubicación es privilegiada, pues como ya dije está sobre una de las mejores playas de la región.
Para ser honesto, se ve que las cabañas de Acamaya llevan ahí bastante tiempo, sobreviviendo al embate de tormentas, construcciones vecinas y hasta huracanes y tal vez una remodelación no les caería nada mal. Sin embargo, su esencia rústica puede resultar encantadora para algunos y como dije antes, queríamos escapar de lo normal, lo de siempre y aquí lo conseguimos, a pesar de que nuestra cabaña tenía televisión por cable para quienes no saben vivir si su serie favorita y también aire acondicionado. Antes de burlarte porque llamo rústico a un lugar con aire acondicionado, debes saber que en esta parte del mundo, más que un lujo, es una necesidad.
La cena nos mandó a dormir temprano. El domingo despertamos temprano para desayunar unos deliciosos huevos rancheros en el pequeño café de Acamaya que también cumple la función de club de playa. Si bien el menú no es muy variado, ofrecía lo necesario para un buen desayuno. El personal nos hizo sentir como en casa… de hecho ¡creo que esa era su casa! Y a los huéspedes los hacen sentir como invitados, regalando una sonrisa siempre y un buen servicio. Hasta son buenos para tomar fotos, como podrás ver en esta nota.
Mientras desayunamos conocimos a unos turistas alemanes que visitaban México por primera vez. Ellos nos contaban de lo fácil que fue encontrar las cabañas y que decidieron hospedarse precísamente por la sencillez, la privilegiada ubicación y porque, al igual que nosotros, buscaban escapar. María se encargó de darles los mejores consejos para disfrutar de su viaje mientras disfrutamos de un buen café.
Era momento de tumbarse en la playa a disfrutar del sol de domingo. Incluso pensamos en tomar un masaje en la playa de los que se ofrecen en el club de playa de Acamaya, pero estábamos tan a gusto y relajados que ya no fue necesario, pues si bien se encuentra rodeado de grandes resorts, poca gente pasa por la playa de Acamaya, así que sentimos que era prácticamente nuestra. La misión de escapar estaba completa y después de brindar por el éxito de la misma con una buena cerveza helada, regresamos a nuestra amada rutina. Sin duda esta es una opción muy recomendable para quienes buscan escapar por un rato y volver a conectarse con lo más básico de la vida que es… ser feliz y disfrutarla.
Encuentra más info y consulta disponibilidad en Acamaya Reef Cabanas aquí.
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Desde Mexico, con amor
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