¿Existen los tiempos perfectos?

Hace unos días estuve reflexionando un poco sobre los mejores momentos de mi vida y lo afortunado que me considero por la vida que he tenido. No soy alguien que cree en cosas como el destino ni tampoco en que alguna especie de ser sobrenatural determine lo que me pasa en la vida dependiendo de mi comportamiento a través de premios o castigos. Sin embargo, me gusta pensar que existe cierto tipo de energía en las personas y que las cosas que nos suceden dependen en gran medida de la carga positiva o negativa que tengamos. Si bien no soy practicante de ninguna religión, entre tantas teorías y credos me gusta la idea básica de las leyes del Karma y Darma, que dicen que cualquier acto, sea bueno o malo tiene su consecuencia. Si practicamos el bien la consecuencia será buena para nosotros, si tenemos una mala conducta las consecuencias serán malas también. En consecuencia: No existe acción sin causa ni tampoco causa sin acción.

Me encantaría que toda la gente entendieran esas leyes y que creyeran siempre que hacer cosas buenas traerán cosas buenas y viceversa, pero también dicha idea debe aplicarse no tanto hacia los demás como hacia uno mismo porque, ¿Cómo puedes ser bueno con la gente si no eres bueno contigo? Para recibir amor, debes dar amor y para poder darlo a otros debes primero sentir amor por ti, ¡quererte mucho! Al final, como bien dijo Paul McCartney, “el amor que tomas es igual al amor que haces”.

 

 
 
 
 
 
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Happy birthday to super sexy @playita_miamor Love of my life, soulmate, lover, partner in crime, friend, my magical mystery tour! You deserve all the good things in life!??????i love you ❤️

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Y bueno, esa reflexión inicial me llevó a pensar en algo que la gente llama “los tiempos perfectos”. Hay quienes pasan la vida planeando viajes o proyectos, cambios de look, cambiar de trabajo y por alguna razón nunca lo concretan y buscan pretextos como decir que no se sienten listos para dar el gran paso, o porque “no es el momento”. Ya en otra ocasión platiqué sobre el miedo al cambio. Pero en esta ocasión quisiera reflexionar sobre el “timing”. ¿Existen los tiempos perfectos para que las cosas sucedan? Imagina que tuvieras control de todas las situaciones de tu vida; ¿Dónde quedarían la emoción, los nervios, la sorpresa?

No creo que estemos 100% listos para los retos más importantes en la vida; la vida no funciona así. Imagínate recibir un certificado que avale que estás listo para encontrar el amor o que ya eres lo suficientemente maduro para formar una familia. No tiene sentido, ¿cierto? Creo que eso de “estar listo” es más una cuestión emocional que de preparación. Considero que estar listo significa en todo caso no tener cargas ni culpas, aprender de nuestros errores y aceptar que no tenemos control de los sentimientos y acciones de los demás, perdonar y perdonarnos y no auto engañarnos; no luchar contra nuestros demonios internos porque al final son parte de nosotros, sino aprender a convivir con ellos (y a veces con los demonios de los demás) y no dejar que nos controlen. Esto es parte de lo que se conoce como “inteligencia emocional”.

Sin ganas de adentrarme en temas existenciales, esta reflexión es para recordarles que las mejores cosas de la vida llegan sin planearse y las cosas buenas suceden todo el tiempo pero solo somos capaces de verlas y vivirlas cuando estamos emocionalmente equilibrados, felices y en paz con nosotros mismos y por ende, con los demás. En ese estado emocional decidí mudarme a Playa del Carmen… así también conocí a María, y de la misma forma decidimos casarnos, sabiendo lo que el compromiso del matrimonio implica. ¿Estábamos listos? Ni siquiera lo pensamos tanto, simplemente hicimos lo que el corazón nos indicó y  no trajimos a nuestra relación cargas ni culpas del pasado; llegamos sin garantías y sin saber cómo sería y 3 años después, somos más felices que nunca.

Hoy la vida nos presenta una nueva oportunidad, una nueva empresa, un nuevo reto del cual estoy orgulloso y feliz de compartir con ustedes:

Hace unos meses, comenzamos a platicar sobre la idea de ser papás y así sin mayor planeación y sin que hubiera tiempo para pensar ¡resulta que pronto seremos papás! ¿Estamos listos para serlo? ¡No sabemos! Pero no podríamos estar más felices y emocionados.

No teníamos idea de todo lo que viene para nosotros… ¡nuestra vida está cambiando aceleradamente! desde los cambios físicos (para ambos), tener que cambiar nuestros hábitos, adecuar la casa, etc. y eso que ¡todavía faltan meses para que Sian nazca! Así es, bebé ya tiene nombre*. No se si estamos totalmente listos, para ser papás; de lo que sí estamos seguros es de que pondremos toda nuestra energía y corazón para que Sian tenga una vida bonita, en paz y llena de cosas buenas, oportunidades, libertad, emociones, risas, y mucho amor y creo que eso es lo que convierte a las personas en buenos padres.

En conclusión, ¿existen los tiempos perfectos? No y nunca estamos realmente listos para las sorpresas de la vida. Lo que sí considero y les dejo para reflexionar es que el momento ideal para hacer algo no se da por casualidad pero tampoco por planearlo mucho. Quiérete, libérate de cargas y aprende a escuchar, abre los ojos y no des importancia a las cosas que no la tienen. Encuentra el equilibrio emocional y estarás “listo” (si así lo quieres ver) para lo que tengas que afrontar en la vida.

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*Decidimos nombrar a nuestro hijo Sian, inspirados en la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, uno de nuestros lugares favoritos en el mundo. En maya significa “donde nace el cielo” o “la puerta del cielo”. Sian entonces, puede interpretarse como “regalo del cielo” o “el que ha sido regalado”. No podríamos haber decidido mejor pues efectivamente, nuestro bebé será sin duda el mejor regalo que la vida nos puede dar y llega a una familia en la que somos felices.